Cómo encontrar tu propio ritmo sin compararte con otros
- Posted by JD Kropman, PhD
- Categories Articles
- Date May 8, 2025
- Comments 0 comment

Emprender puede ser una de las experiencias más transformadoras… y también una de las más estresantes si no se maneja con conciencia. A veces, el mayor obstáculo no es la falta de ideas ni de herramientas, sino la comparación constante con los demás: “¿Por qué ella ya tiene tantos seguidores?”, “¿Cómo hace él para vivir 100% de esto?”, “¿Qué estoy haciendo mal?”
En esta era de redes sociales, lanzamientos relámpago y emprendedores que parecen tenerlo todo resuelto, es fácil sentirse lento, insuficiente o fuera de lugar.
Pero hoy quiero invitarte a cambiar el foco.
Este artículo es para vos si alguna vez te sentiste “quedado”, si comparás tu proceso con el de otros, si tu energía sube o baja según lo que ves en Instagram, y si te cuesta reconocer tus logros porque “hay gente que ya está más adelante”.
Vamos a hablar de cómo encontrar tu propio ritmo y caminar con paz. No desde la resignación, sino desde una confianza real: la de que no necesitás correr ni demostrarle nada a nadie para construir el negocio (y la vida) que querés.
El veneno invisible de la comparación
Compararte es humano. Es parte de cómo aprendemos, evolucionamos, nos inspiramos. El problema es cuando esa comparación deja de ser un estímulo y se convierte en una fuente de frustración constante.
Empezás el día motivado, con ganas de avanzar, y de pronto ves una publicación: alguien que logró su primer lanzamiento, alguien que llenó su agenda, alguien que muestra un “antes y después” perfecto. Y de repente te sentís atrás, menos capaz, como si tu proceso fuera inválido.
La comparación te saca del presente, te desconecta de tu camino, y te mete en una carrera que no elegiste.
Y lo más peligroso: puede hacerte abandonar lo que SÍ estaba funcionando, solo porque no se ve igual que el de al lado.
Las redes sociales: escenario, no realidad
Es importante entender que lo que vemos en redes es una versión editada de la vida de otros. Las historias de éxito rara vez muestran el detrás de escena: las dudas, los fracasos previos, los años de preparación, las veces que no salió.
Compararte con alguien que ya recorrió 1000 pasos más, o con quien tiene una realidad completamente distinta, es injusto. Y peor aún, es inútil.
Cada proceso tiene su contexto. Cada persona su historia. Y lo que ves en 15 segundos de reel no cuenta la película completa.
¿Qué significa encontrar tu ritmo?
Encontrar tu ritmo no significa ir lento. Significa ir alineando con vos. Con tu energía, tus circunstancias, tus valores, tu momento vital.
Hay quienes lanzan en 3 meses y les funciona. Otros tardan un año. Algunos empiezan con 3 clientes y otros con 30. Y todos están bien… si están conectados con su propósito y no actuando desde la comparación o el apuro.
Tu ritmo es ese punto donde hay avance sin ansiedad, crecimiento sin agotamiento, movimiento con sentido.
Y para encontrarlo, necesitás mirar menos afuera y más adentro.
¿Cómo recuperar tu ritmo personal?
1. Revisá tus expectativas
¿Estás intentando correr una carrera que no es tuya? ¿Estás midiendo tu progreso con la vara de otro? Hacete estas preguntas:
¿Qué quiero yo realmente?
¿Qué estoy dispuesto/a a sostener ahora?
¿Esto que me frustra… lo elijo o lo copié de alguien más?
2. Reconocé tu punto de partida
No todos arrancamos del mismo lugar. Tal vez tenés un trabajo que sostenés mientras emprendes. Tal vez tenés hijos, una enfermedad, responsabilidades familiares. Tal vez estás reconstruyendo tu autoestima después de años en un empleo que no te valoraba.
Todo eso importa. Y no te hace menos. Te hace humano.
3. Celebrá tus micrologros
No subestimes los pequeños pasos: subir tu primer video, hacer una llamada de venta, publicar un testimonio, mandar ese mail que postergabas. Cada una de esas acciones te está acercando. Honralas.
Un negocio no se construye solo con lanzamientos: se construye con constancia.
4. Elegí referentes que inspiren, no que frustren
Seguí a quienes te muestran el camino con humanidad, no solo con resultados. Personas que cuentan los tropiezos, que muestran su evolución real, que no prometen éxito exprés.
Y si alguien en particular te genera ansiedad, no pasa nada en silenciarlo por un tiempo.
5. Conectá con tu propósito más allá del resultado
Preguntate: ¿Por qué empecé esto? ¿Qué me mueve más allá de los números? ¿A quién quiero ayudar?
Volver a tu “para qué” te ancla cuando la comparación te quiere sacar del eje.
6. Cuidá tu energía emocional
Tu ritmo también depende de cómo estás emocionalmente. Si estás agotado, con presión, sin espacio para crear, no vas a avanzar. Y no porque no quieras, sino porque no podés.
Dormí bien. Comé bien. Hacé pausas. Hablá con otros. No estás solo.
7. Pedí ayuda si la necesitás
No hace falta que te las sepas todas. Ni que avances en soledad. Hay procesos que se vuelven más livianos cuando los compartimos. Un buen acompañamiento no te acelera a la fuerza, sino que te ayuda a avanzar con menos peso.
Si te cuesta sostenerte solo, buscar una comunidad o un mentor no es debilidad: es estrategia.
¿Cómo encontrar un equilibrio entre empujarte y respetarte?
Una de las preguntas más comunes es: ¿Cómo sé si me estoy saboteando o si simplemente necesito bajar el ritmo?
La respuesta está en tu cuerpo, en tu diálogo interno, en tu nivel de entusiasmo. Si el freno viene del miedo, quizás haya que empujarte con cariño. Si viene del agotamiento, quizás haya que respetarte con amor.
Podés avanzar sin forzarte. Podés descansar sin abandonar. Podés hacer foco sin obsesionarte. Y todo eso también es parte del camino emprendedor.
¿Qué pasa cuando encontrás tu ritmo?
Cuando dejás de correr carreras ajenas, algo cambia:
Sentís más paz.
Te enfocás en lo que sí podés hacer hoy.
Empezás a disfrutar el proceso, no solo a perseguir resultados.
Ganás claridad y coherencia.
De repente, los resultados llegan más fácil… porque vos estás más liviano.
Encontrar tu ritmo no es ir más lento. Es dejar de desgastarte intentando ser otro.
El caso de Clara (una historia real)
Clara es coach y se recibió hace dos años. Se sintió inspirada, armó sus redes, tomó un curso de marketing, intentó armar su primer programa… pero cada vez que veía a otros coaches con lanzamientos exitosos, se venía abajo.
Dejó de publicar por meses. Sentía que no estaba lista, que no era suficiente, que no tenía nada original para decir. Hasta que un día, después de una charla con una colega, entendió que estaba comparando su comienzo con el medio del otro.
Volvió a su propósito: ayudar a mujeres a recuperar su poder después de relaciones tóxicas. Empezó por ofrecer sesiones gratuitas, luego un programa grupal simple, sin complicarse.
Hoy, tiene 7 clientas activas, una comunidad que crece, y sobre todo, paz. Porque dejó de correr carreras ajenas.
Y si necesitás ayuda para encontrar ese ritmo…
Tal vez estás listo para avanzar, pero no sabés cómo. Tal vez tenés toda la voluntad, pero te falta una estructura. O tal vez simplemente querés que alguien te acompañe mientras encontrás tu forma.
El programa Despegar fue creado para eso: para acompañarte paso a paso a construir un negocio que funcione, a tu ritmo, sin presión innecesaria, pero con foco real.
Un espacio donde no tenés que demostrar nada, solo comprometerte con lo que vos querés lograr.
Conclusión
Compararte es fácil. Pero elegir tu ritmo requiere valentía.
Emprender no es una carrera de velocidad. Es una travesía personal. Y cuando entendés que no necesitás correr para llegar, todo se acomoda. Tu creatividad vuelve. Tu confianza crece. Tus clientes aparecen.
Porque lo más atractivo en un emprendedor no es la perfección, es la autenticidad.
¿Y si hoy fuera el día en que elegís dejar de compararte y empezar a avanzar como vos querés?
¿Te gustaría dar ese paso con claridad y acompañamiento real?
Podés escribirme para conocer cómo trabajar juntos.
You may also like

¿Y si no soy suficiente para emprender?
